DIGO QUE NO SOY UN HOMBRE PURO
Yo no voy a decirte que soy un hombre puro. Entre otras cosas falta saber si es que lo puro existe. O si es, pongamos, necesario. O posible. O si sabe bien. ¿Acaso has probado tú el agua químicamente pura, el agua de laboratorio, sin un grano de tierra o de estiércol, sin el pequeño excremento de un pájaro, el agua hecha no más de oxígeno e hidrógeno? Puáh! qué porquería. Yo no te digo pues que soy un hombre puro, yo no te digo eso sino todo lo contrario. Que amo (a las mujeres, naturalmente, pues mi amor puede decir su nombre), y me gusta comer carne de puerco con papas, y garbanzos y chorizos, y huevos, pollos, carneros, pavos, pescados y mariscos, bebo ron, y cerveza y aguardiente y vino y fornico, (incluso con el estómago lleno). Soy impuro, ¿qué quieres que te diga? Completamente impuro, Sin embargo, creo que hay muchas cosas puras en el mundo que no son más que pura mierda. Por ejemplo la pureza del virgo nonagenario. La pureza de los novios que se masturban en vez de acostarsen juntos en una posada. La pureza de los colegios de internado, donde abre sus flores de semen provisional la fauna pederasta. La pureza de los clérigos. La pureza de los académicos. La pureza de los gramáticos. La pureza de los que aseguran que hay que ser puros, puros, puros. La pureza de los que nunca tuvieron blenorragia. La pureza de la mujer que nunca lamio un glande. La pureza del que nunca succionó un clítoris. La pureza de la nunca parió. La pureza del que no engendró nunca. La pureza del que se da golpes en el pecho, y dice santo, santo, santo, cuando es diablo, diablo, diablo. En fin, la pureza de quién no llegó a ser lo suficientemente impuro para saber qué cosa es la pureza. Punto, fecha y firma. Así lo dejo escrito. Tomado de Songoro consongo de Nicolás Guillén
P.D. Creo que faltaron los políticos!
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